Participación de las familias en la escuela pública.

16.12.2013 13:46

La implicación de las familias no es siempre necesaria; aunque a menudo existe distanciamiento entre familia y escuela, lentamente se va produciendo una presencia ascendente de esta relación.

     Existen numerosas razones por las que se debe participar en la enseñanza, como pueden ser la contribución al aprendizaje democrático, o el control del uso de los recursos educativos; especialmente los financiados con fondos públicos. La familia se puede involucrar, por ejemplo, a través del voluntariado, los padres pueden acudir a la escuela para organizar o realizar actividades, o pueden participar en la toma de decisiones, formando parte de los órganos de gobierno.

    Existe una idea dominante de que la educación comienza en los hogares, en la familia, y se continúa en la escuela, por lo que es de vital importancia favorecer la participación de estas familias dentro de la escuela, y crear así vínculos de relación entre el aprendizaje en casa y el llevado a cabo en los centros educativos.

     Uno de los motivos por los que esta interacción entre padres y educadores no abunda puede deberse a que en la escuela se construye un modelo de padres diferente al que realmente existe. También pueden influir dificultades en la comunicación lingüística, barreras socioeconómicas; familias pobres, horarios de trabajo o falta de tiempo, choques culturales; diferentes valores de la sociedad de acogida y los de origen, e incluso la imagen que los padres tienen de la escuela como un lugar cerrado.

     Existen propuestas para esta mejora como que la información que llega a los padres desde los centros escolares sea adaptada a las necesidades existentes, para lograr una comprensión real de la información. Además, se apunta a un apoyo institucional necesario para lograr este objetivo, como podrían ser cursos de formación para padres y madres.

     La evolución de la sociedad también ha influido en el cambio de la familia y su rol, además, cada vez existen más familias de origen inmigrante que también influyen en este cambio. Por eso, para mejorar hay que tener en cuenta siempre el contexto en el que se sitúa el centro educativo en cuestión.

     La legislación española ha ido introduciendo leyes para mejorar y equilibrar esta participación. En los años 80 y principios de los 90, las APAs comienzan a desarrollar un papel importante en esta involucración; gestionan comedores, actividades extraescolares, etc. A mediados de los 90 se aprueba la LOPEG, donde se insiste en la importancia de la participación de las familias, pero el creciente número de familias inmigrantes en el sistema escolar rompe las previsiones al respecto de esta iniciativa; es el problema más difícil de tratar, puesto que los inconvenientes presentes como la imposibilidad comunicativa necesitan gran recorrido para ser solventados.

     Estos frenos en la relación entre la familia y la escuela deben ser superados mediante un trabajo cooperativo entre ambos componentes; con protocolos sencillos y claros de actuación, el asesoramiento entre APAs y una estructura de los centros y equipos directivos que faciliten esta participación.

 

 

- Esta información está sacada del libro de Jordi Garreta Bochaca, La Participación de las Familias en la Escuela Pública. Las Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado. (2008), adjuntado a continuación:

GARRETA - Participación de las familias en la escuela.pdf (1265896)